22 enero 2011

Tic-tac-tic-tac.

Paras el tiempo, haces que las manecillas dejen de girar. Termina el tic-tac que  parecía inagotable. No importa ni cómo, ni dónde, ni cuándo, ni el porqué. No existe nadie a tu alrededor, estás solo, completamente solo como muchas otras ocasiones habrías deseado. Solo importas tú y lo que para ti sea importante. Puedes hacer lo que quieras. Nadie te escucha. No necesitas ropa, ni buenos modales, ni educación, ni respeto. Nadie te ve. Nadie hace nada porque no hay nadie y si no hay nadie entonces todas tus virtudes pierden valor porque no las valoran. Todas tus satisfacciones, deseos e ilusiones dejan de tener sentido y tú vida pasa a ser un auténtico infierno.

Entonces, reflexionas y entiendes que la vida no puedes vivirla solo. Aprovecha y disfruta de los que tienes cerca. Corre, date prisa, el tiempo vuelve a estar en marcha. Vuelve el tic-tac que no perdona.

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